Los principales mecenas del Barroco en Holanda y Bélgica se diferenciaron principalmente de Italia o España por el contexto social, político y religioso en que se encuentran. Principalmente Bélgica, siguiendo una doctrina católica, dará lugar a obras con este enfoque religioso al contrario que Holanda, donde los burgueses serán los principales protagonistas sobre todo en pintura. Los Países Bajos se encuentran en un lugar estratégico que además de las expansiones y la buena flota naval existente hacen posible una gran riqueza floreciente debida al comercio. Estos importantes ingresos recaen en una sociedad burguesa dando lugar al desarrollo de una vida mucho más capitalista y donde las restricciones ya sean económicas como religiosas no son de buen grado.
Los gobiernos municipales eran controlados por la burguesía y no la aristocracia. El poder comercial logra que las expresiones barrocas se encuentren en espacios públicos como mercados, oficinas o almacenes, que además de ser un gran número son la base de la riqueza.
La gente se organiza en torno a gremio o la sede del cabildo donde se encuentra el poder de gobierno gracias a la descentralización. Debido a la riqueza que florece en estos países las interpretaciones artísticas toman como referentes personajes burgueses, que son los que costean las obras, y consiguiendo que el arte Barroco en estos países, principalmente en Holanda, sea denominado Burgués.