El arte Barroco italiano fue caracterizado por la influencia de la Iglesia Católica donde los mecenas eran principalmente Papas. Además de la intención de enaltecer la religión y atraer la atención de los fieles, el Barroco italiano se expandió sobre todo por España y por sus territorios. En los Países Bajos, Bélgica, debido a la influencia española, tenderá más a un Barroco católico y basado en las tendencias italianas al contrario de lo que sucederá en Holanda, protestante, en la cual los principales encargos de obras vendrán por parte de los nobles y adinerados comerciantes. El arte Barroco holandés es principalmente laico y el tema religioso no abunda tanto sino son propios retratos de personas en actividades cotidianas.
La gran parte de los temas de Italia, España y Flandes serán religiosos. También podemos incluir a Francia pero tenderá a enaltecer la figura del soberano, del monarca y la iglesia queda supeditada a las voluntades de este. El Barroco en estos países tiene un objetivo claro, difundir a los creyentes los principales dogmas de la fe. En Holanda, los temas son diversos y el artista sigue las directrices no del Papado ni del monarca pero si de la Burguesía, la clase que se convertirá en los mecenas del Barroco holandés. Es por ello que predominarán los retratos, los paisajes, los bodegones y las escenas cotidianas.
En pintura el contraste entre luces y sombras es constante, donde la luz tiene un tratamiento especial dando un atmósfera y una mayor expresión a las obras. En los Países Bajos debido al Tratado de Amberes, Bélgica quedará en posesión de la Monarquía Española donde dominará el catolicismo y la aristocracia. Holanda se regirá por la república dominada por la burguesía comercial y se convertirá al Calvinismo. Es por ello que de la Escuela Flamenca el máximo exponente será Pedro Pablo Rubens y en la escuela holandesa a Rembrandt van Rijn.
La Guerra de los Ochenta Años o Guerra de Flandes enfrentó a diecisiete Provincias de los Países Bajos contra el rey de España, soberano en aquel momento. Se inicio en 1568 y finalizo en 1648 con la independencia de siete de ellas que se unificarían a través de la Unión de Utrecht en 1579 aunque oficialmente no fue reconocida hasta la firma de la Paz de Westfalia en 1648. La Paz de Westfalia finalizó no solo la Guerra de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos sino también la Guerra de los Treinta Años en Alemania. Para el Sacro Imperio supuso una mayor autonomía de los Estados que lo conformaban. Francia fue la gran vencedora reduciendo el poder del Sacro Imperio, expandiéndose hacia el este y convirtiéndose en el país con mayor poder de Europa en aquel momento. Holanda se independizo de la monarquía española pero los estados del sur siguieron perteneciendo a España. Cada estado podía reconocer la religión según sus pretensiones produciendo el fin de las guerras bélicas causadas por la religión y produciendo a su vez una concesión católica que fue un gran golpe para el Papado.
La Unión de Utrecht se produce como reacción a la Unión de Arras en la cual las provincias del sur de los Países Bajos reconocían la soberanía de la corona española, en aquel momento controlada por el monarca Felipe II y por la cual se instaura como religión oficial el catolicismo y el calvinismo pasa a ser perseguido.
Las Provincias Unidas de los Países Bajos se agruparan desde la Unión de Utrecht en 1579 hasta la ocupación francesa de 1795 y depusieron al rey español Felipe II nombrando a Francisco de Anjou en su lugar. Recibieron ayuda para combatir contra la corona española de Inglaterra y Francia.
Con la Paz de los Doce Años en 1609 la corona española presidida en aquel momento por Felipe III reconoce las Provincias Unidas y logra un receso pacífico a la Guerra de los Ochenta Años. El acuerdo se realizará gracias a la colaboración Johan van Oldenbarnevelt que apoyaba una corriente calvinista más tolerante en contraposición a Mauricio de Nassau que era más radical en su enfrentamiento religioso y era el Estatúder o lugarteniente en ese momento. Este último apoyado, principalmente, por la baja burguesía logrará que fuese condenado Johan van Oldenbarnevelt y posteriormente decapitado como supuesto traidor al pueblo holandés.
En el siglo XVI los Países Bajos están bajo el dominio español que en aquel entonces tiene como rey a Carlos V proveniente de la familia de los Habsburgo. Tras este le sucede su hijo, Felipe II, que inicia una represión contra los protestantes del norte y al final provocando la ruptura en la que la Casa de Orange (Guillermo de Orange) será la nueva dirigente en esta región. Las provincias del sur seguirán siendo españolas y católicas dando lugar a diferencias en las interpretaciones artísticas.
La situación de Flandes es estratégica, se encontraba muy cerca de Inglaterra, fronteriza con Francia y con el Sacro Imperio Romano Germánico, limitaba el poder francés junto con España. Con la llegada al poder de Felipe II las imposiciones religiosas fueron aun más reivindicativas produciendo un gran malestar sumado a la prohibición de libertad de culto. La economía no pasaba por un buen momento debido a las guerras de Suecia y Dinamarca cerrándose el comercio por el norte; la carestía de alimentos y la subida de estos produjo que en los Países Bajos se facilitara la tarea a los calvinistas en criticar la riqueza de la Iglesia Católica. El representante de Felipe II en esta zona será su hermana Margarita de Parma, que recibe un 1566 en el Compromiso de Breda una reclamación para la abolición de la Inquisición y el respeto hacia la libertad religiosa. La proposición fue rechaza en parte por el ferviente catolicismo del monarca español y en parte por los sucesos de las guerras de religión en Francia en el siglo XVI debido al enfrentamiento entre los católicos y protestantes calvinistas franceses conocidos como hugonotes que posteriormente serán expulsados por Luis XIV.
Inglaterra era una rival fuerte y contundente hacia el catolicismo como resultado de las pretensiones de la reina Isabel I. Esta, estableció una iglesia protestante independiente de Roma que evolucionaría a la actual, y en la cual era la máxima autoridad. Los enfrentamientos entre la corona española, Felipe II, e Inglaterra fueron constantes y les provocaría grandes perjuicios económicos. Además la unificación en enfrentamientos bélicos entre Inglaterra y Francia produjo notables desgastes a los defensores católicos, ayudando finalmente a la segregación de los Países Bajos.
