Las tendencias que se desarrollaran en Bélgica diferirán notablemente de las adoptadas en Holanda como resultado de las influencias mencionadas anteriormente. Por ello debemos recordar que Bélgica es de dominio español y la religión oficial es el catolicismo. Debido al enfrentamiento religioso con Holanda y con el Protestantismo, la presencia de los Jesuitas comienza a crecer y con ello la construcción de iglesias por parte de esta orden con el fin de promover la Iglesia Católica. Las iglesias en Bélgica se caracterizan por adoptar el Barroco original italiano también implantado en España y sus principales arquitectos son miembros de la orden jesuita. Los conjuntos religiosos se caracterizan por planta longitudinales que constan de tres naves. Estas se separan mediante columnas que a su vez sostienen arcos pero compuestos con la superposición de elementos llamativos y recargados. La nave central posee una anchura y altura mayor marcando su poder jerárquico con las naves laterales. Los ventanales poseen ciertos elementos curvados o frontones circulares y es habitual el empleo de bóvedas de cañón y otras semejantes pero que no llegan a la complejidad que podemos encontrar en las iglesias barrocas italianas de Borromini o Guarino Guarini.
En fachada, nos encontramos con una composición de tres niveles que siempre se remata con un piñón adoptando la terminación característica de las construcciones civiles. Además hemos de decir que estas edificaciones predominan en sentido vertical y pretenden ocultar con la cubierta a dos aguas de las que se componen. La lluvia es un elemento a tener en cuenta y la evacuación de esta debe ser de la forma más rápida y directa posible.