Iglesia parroquial de Dolores Hidalgo, Guanajuato
En un territorio donde existían grandes diferencias no solo económicas sino también sociales en la cual el origen del nacimiento de las personas las condicionaba en la posición que ocuparían en la sociedad encontramos principalmente a los españoles, a los criollos y a los mestizos. Los contrastes sociales eran tan importantes que comienzan ciertas indiferencias y recelos hacia una clase dominante que ha adquirido su poder gracias al simple hecho de su origen español o a los beneficios patrocinados por la Corona española.
Cuando se va produciendo una apertura y libertad de decisiones por parte de la realeza española y en la cual los elementos que establecen los privilegios son ineficaces y a la vez injustos la conciencia de los más desfavorecidos y sin oportunidades es más creciente. Para evitar posibles revueltas y reafirmar la presencia de poder, en la creación de las nuevas construcciones se lleva a cabo el patrocinio de ciertos elementos por parte de los gobernantes o las personas más destacadas de la sociedad del momento como forma de propaganda y honor.
Las nuevas edificaciones poseen elementos que cuanto más recargados y más trabajados, adquieren a un más la admiración de una clase que a su vez no posee una formación educativa. La expresión de ciertos relatos bíblicos y esculturas logran comprender un lenguaje religioso en un momento de expansión y catolización por parte de la Iglesia española. Además de ello, las construcciones más notables y abundantes de esta época adquieren un carácter religioso. El clero posee una fuerza de intromisión en la sociedad importante y logra ser la forma principal por la cual la clase con menos derechos adquiere una educación, educación a su vez sostenida con el mecenazgo de las personas más poderosas que ven en la religión un método de imponer una veneración hacia sus personas. Sin educación firmemente diversificada, las personas son aún más vulnerables y el crecimiento en la escala social es improbable.
Catedral de Puebla
Otro factor interesante será la existencia de una mano de obra indígena, barata y que logra crear trabajos muy laboriosos sin importar el tiempo que empleen. Cuando la prefabricación y la especialización de materiales es escasa además de la no existencia de entidades con un cierto peso histórico en la zona en el tratamiento de los elementos constructivos junto con operarios que deben ocuparse de las tareas casi destinadas socialmente (ya que el ascenso económico y social era muy limitado) logran que las actividades constructivas casi fueran elaboradas únicamente por las personas mestizas e indígenas que integraban la Nueva España. Esta decisión casi original en el nacimiento de estas personas, se corresponden también con el intento de interponer la doctrinal señorial no solo con el honor que representaba realizar una construcción o el propio hecho de ser reconocido por la clase religiosa siendo de ejemplo en sus sermones, sino controlando y dirigiendo hasta las actividades laborales que desarrollan las personas en el escalafón más bajo de la sociedad de la época.
Iglesia de San Juan de Dios. México DF
Lo importante eran las obras y el mecenas que había subvencionado la realización. El artista que promueve el diseño no es del todo reconocido aunque se encuentra con ciertos privilegios que los trabajadores que este dirige aún no han llegado a obtener.
La presencia en las realizaciones de mestizos e indígenas, que tienen una cultura y unas costumbres diferentes a las españolas pero de un poder cautivador mayor en una clase que se encuentra fuera de la península Ibérica, interfieren poco a poco en el desarrollo de la arquitectura barroca mexicana. La riqueza, los detalles y las realizaciones barrocas en México exprimen inicialmente un Barroco más firme a lo establecido en España pero que debido a la riqueza cultural logran adquirir un lenguaje particular propio dándose así el Barroco más rico y llamativo que podemos apreciar actualmente.
Iglesia de Santa Veracruz. México DF