Vacas Púrpuras: técnicas de diferenciación


El libro de Seth Godin, Vacas Púrpuras, identifica inicialmente algunos de los problemas del marketing tradicional que se corresponden con la saturación que presenta la sociedad frente a la publicidad con la necesidad de las empresas de destacar frente a la multitud de ofertas que muestra el espacio globalizado. Se precisa de un enfoque diferente en comprender el marketing y vender no solo productos sino también experiencias.
 Vacas Púrpuras


Frente a las vacas normales, blancas y negras, se presenta ahora una tipología más como son las Púrpuras, esto es, algo extraordinario que llama la atención al menos por un tiempo limitado. La intención es pensar de otro modo con el fin de olvidar las viejas pretensiones de ventas de productos y servicios basados en la regla de las "P": producto, precio, promoción, posicionamiento, publicidad, packaging, permiso,.. y añadir o suplementar una nueva Púrpura que se relaciona con algo destacable, extraordinario. 

La Vaca Púrpura debe plantearse desde el inicio y no a última hora o de forma complementaria y debe ser audaz, pasional, original,... En épocas complicadas o con baja escasez de recursos la innovación y la originalidad se tienden a eliminar al sentir que son prescindibles pero sin embargo no se debe suprimir, al máximo, minimizar.

Las Vacas Púrpuras se presentan como algo extraordinario inicialmente pero luego a través de un tiempo se convierten en aburridas (Starbucks) y su potencial de crecimiento es muy limitado. Para no llegar a estos extremos, se debe desafiar y pretender proyectos simultáneamente.

Las vacas púrpuras deberán encontrar ciertas características que las diferencie y las marque en el panorama en el que se encuentran. Para ello deberán constar de dos equipos, uno innovador y otro productor. Se deberá promover la difusión de la idea o ideas (ideas-virus) con una transmisión poderosa y rápida (virus). El producto o servicio apuntará a lo que se denomina en japonés Otaku, esto es, más que un hobby pero menos que una obsesión. Todas aquellas personas que sientan el producto como Otaku serán serios transmisores de la Vaca Púrpura. Se concentrará en nichos de mercados preestablecidos primariamente, a ser posible con alto porcentaje de beneficios, que transmitan el mensaje, lo conviertan viral, eficiente y escandaloso. La gente apasionada será sinónima de fiel. Puede lograrse a través de la especialización; no necesariamente será un producto nuevo sino una mejora de productos existentes (Starbucks). 

Pero para conseguir ser una vaca púrpura existen ciertos inconvenientes como el miedo a destacar, a ser criticado y es por eso que las empresas pequeñas y medianas son aquellas que más se implican en desarrollar vacas púrpuras ya que quieren incrementar su cuota. 

Una vez que se logra una vaca seguidamente es ordeñarla y lograr expandirla en espacio y tiempo lo mayor posible y cuando esta no de más leche sustituirla por una nueva pero siempre tener una visión de futuro y arriesgarse. No existe ni plan ni libro que explique como lograr esta vaca pero si un sistema: desafiar continuamente e innovar. 

Incluso en las personas se puede aplicar esta definición de Vacas Púrpuras, a diferenciarse y alejarse de lo normal. Debemos tocar las emociones, ser llamativos, pasionales siempre acompañados de un lenguaje corporal, con una actitud poderosa, contracorriente, que se adapta y aprovecha las dificultades para mejorar y crecer, siempre con propósitos grandes e irreverentes.

Vacas Púrpuras