La Villa Savoye (Villa Saboya) del arquitecto suizo Charles-Édouard Jeanneret-Gris más conocido como Le Corbusier, es un ejemplo clásico de
arquitectura funcionalista que se construyó en Poissy entre 1928-1931 y que
muestra los cinco puntos básicos del arquitecto. Sus intenciones eran fruto del
rigor estructural y la libertad espacial sin olvidar las condiciones del terreno.
La utilización de pilotes producía la elevación de la vivienda obteniendo así unas mejores vistas y evitando la humedad del suelo. La planta baja se conforma según la circulación vehicular determinando así la simetría de la planta con la entrada ubicada en el eje longitudinal, centro de la pared curva de vidrio como resultado del movimiento del automóvil. En el centro pero ya en el interior se encuentra la espléndida rampa con cierto carácter representativo que une los tres niveles consiguiendo así una libertad no solo en el plano horizontal sino también en el vertical. Consigue lo que el propio Le Corbusier definió como “Promenade arquitecturale” dando una impresión del espacio tridimensional nueva hasta el momento, que brinda constantemente aspectos inesperados y variados. Una variedad que contrasta con un riguroso esquema de pilares.
La utilización de pilotes producía la elevación de la vivienda obteniendo así unas mejores vistas y evitando la humedad del suelo. La planta baja se conforma según la circulación vehicular determinando así la simetría de la planta con la entrada ubicada en el eje longitudinal, centro de la pared curva de vidrio como resultado del movimiento del automóvil. En el centro pero ya en el interior se encuentra la espléndida rampa con cierto carácter representativo que une los tres niveles consiguiendo así una libertad no solo en el plano horizontal sino también en el vertical. Consigue lo que el propio Le Corbusier definió como “Promenade arquitecturale” dando una impresión del espacio tridimensional nueva hasta el momento, que brinda constantemente aspectos inesperados y variados. Una variedad que contrasta con un riguroso esquema de pilares.
De la planta baja se llega a la planta principal, donde el
espacio se adapta a las diversas funciones y de aquí hasta la terraza-solario
donde la interacción con el paisaje circundante se realiza a través de las
paredes curvas y con una apertura estratégica nada más llegar a esta planta.
Un volumen cuadrangular lleno de riqueza espacial y
dinamismo satisfaciendo la necesidad de Le Corbusier por adoptar una forma
elemental pero con libertad espacial. La pureza clásica que instaba el
arquitecto en su escrito “Hacia una nueva arquitectura” donde el cubo, el cono,
la esfera, el cilindro y la pirámide eran las grandes formas primarias y donde
la arquitectura era “el juego hábil, correcto y magnífico de volúmenes
colocados juntos bajo la luz” dio lugar a una unidad de escala simple y que
sirve para integrar a la casa en un contexto natural y urbano vasto.