La Salina de Chaux situada al este de Francia es la primera
ciudad ideal de la época industrial proyectada por Claude-Nicolas Ledoux. Una
forma circular con implicaciones cósmicas y semejanzas a la pureza solar.
Compuesta por dos direcciones principales que se cruzan en ángulo recto y
definen los puntos cardinales. En el eje
transversal se colocan dos edificios para la producción de sal y la casa del
director situada entre ellos representando así la centralidad del trabajo de
comunidad y todo ello rodeado por un círculo de viviendas obreras de las que
solo se construyó una parte de las proyectadas.
Debía haberse construido un circulo exterior a estos donde se situarían edificios más libremente y destinados a fines comunes. Este nuevo tipo de conciliación entre naturaleza y hombre era una síntesis de la interpretación de Ledoux como ciudad jardín. El arquitecto lleva más allá la idea arquitectónica y proyecta el nuevo complejo con edificios parlantes, esto es, debían mostrar, a su entender, la función de cada edificio como por ejemplo la casa del fabricante de ruedas debía tener una fachada circular aunque su interior fuera más convencional debido a las diferentes exigencias funcionales o el propio cementerio como una esfera de 80 metros de diámetro que debía simbolizar la eternidad.
Debía haberse construido un circulo exterior a estos donde se situarían edificios más libremente y destinados a fines comunes. Este nuevo tipo de conciliación entre naturaleza y hombre era una síntesis de la interpretación de Ledoux como ciudad jardín. El arquitecto lleva más allá la idea arquitectónica y proyecta el nuevo complejo con edificios parlantes, esto es, debían mostrar, a su entender, la función de cada edificio como por ejemplo la casa del fabricante de ruedas debía tener una fachada circular aunque su interior fuera más convencional debido a las diferentes exigencias funcionales o el propio cementerio como una esfera de 80 metros de diámetro que debía simbolizar la eternidad.