A continuación vamos a explicar los diferentes tipos de recarga más habituales en el mercado automovilístico español.
1. Punto de recarga estándar
Esta solución es óptima, fundamentalmente, para recargar el vehículo eléctrico durante la noche en un garaje de una vivienda unifamiliar, garaje comunitario, zonas de trabajo y lugares donde vayas a permanecer durante un periodo de tiempo elevado todo ello combinado con una tarifa DH que hace que las cargas nocturnas del coche eléctrico sean más baratas y la demanda energética es inferior haciendo posible la existencia de gran cantidad de este tipo de vehículos en el entorno español. Todos los VE del mercado soportan este tipo de recarga que producirá una carga con corriente alterna monofásica a 230V, 16A y con 3,7 KW de potencia máxima con un tiempo de carga de entre 8 a 10 horas aunque varía dependiendo de la capacidad de la batería que incorpore el VE.
2. Punto de recarga semirápida
Este tipo de carga está pensada para centros comerciales, empresas de logística y distribución, parkings vinculados a grandes superficies o en la vía pública... Se trata de alimentar el VE a través de una corriente monofásica de 230V, 32A y 8-14 kW, permitiendo un tiempo de carga de entre 1,5-3 horas, o con corriente alterna trifásica de 400V, hasta 63A y de 22 a 43 kW que consigue recargar una batería en 30 minutos.
3. Punto de recarga rápida
Recarga rápida y remirápida (en vía pública y electrolineras a 22-50kW). La recarga rápida es la que encontraremos, por ejemplo, en vías públicas, servicios de recarga para taxis, electrolineras y en algunos supermercados. Ideadas para repostaje similar al llevado a cabo con gasolina. El vehículo se enchufa durante aproximadamente 30 minutos para obtener una carga del 80% de la batería. La carga rápida emplea una mayor intensidad eléctrica y, además, entrega la energía en corriente continua, obteniéndose una potencia de salida del orden de 50kW. Esta solución es la que, desde el punto de vista del cliente, se asemeja a sus hábitos actuales de repostaje con un vehículo de combustión.
Esta cargas deben ser concebidas como extensión de autonomía o cargas de conveniencia.
Una vez detallados los tipos de recarga, se detalla gráficamente los tipos de conectores que se pueden encontrar en los puntos de recarga eléctrica.
Para finalizar concretamos los modos de conexión.
Modo 1. Conexión del vehículo a la red a través de una toma de corriente convencional tipo Schuko. Normalmente este modo de recarga está destinado a pequeños vehículos como pueden ser algunas motocicletas y bicicletas eléctricas con consumos de potencia bajos (10 A). Si decidimos usar este modo de recarga, la instalación debe incluir protección diferencial y magnetotérmica.
Modo 2. En este caso, la conexión entre el coche y la red no se realiza directamente como en el modo 1. Ahora, el fabricante ha insertado un sistema de seguridad en el cable de manera que podemos controlar la fiabilidad de la conexión del vehículo eléctrico y permite fijar los parámetros de recarga.
El modo 2 de recarga permite alcanzar una potencia máxima de 7,4 kW en monofásico y de 22 kW en conexión trifásica, con una corriente límite de 32 A por fase.
Modo 3. El modo 3 de recarga se realiza mediante un terminal específico para vehículos eléctricos que incorpora protecciones en la propia estructura y un conector específico que incluye una serie de funcionalidades como son la verificación de conexión correcta, comprobación permanente de la toma a tierra, activación y desactivación de carga, como también la posibilidad de seleccionar la potencia de recarga en función de las necesidades del vehículo. La potencia máxima que se puede entregar en este modo es de 7,4 kW en monofásico y 22 kW en conexión trifásica (32 A por fase).
Modo 4. A diferencia de los tres casos anteriores, en este cuarto modo, la recarga se realiza en corriente contínua llegando a soportar actualmente potencias que llegan (de momento) hasta los 50 kW. Como ya hemos visto en el caso del modo 3 de recarga, el modo 4 también incluye las protecciones necesarias en la infraestructura.
MÁS INFORMACIÓN
RECURSOS ONLINE