Arquitectura Egipcia | Organización + Características + Principales Ejemplos | Templos del Antiguo Egipto
La arquitectura egipcia esta basada en formas geométricas
simples y con una estricta organización geométrica como lo es la manifestación
típica de esta arquitectura: la pirámide. Esta representa la síntesis de las fuerzas verticales y horizontales a través de una estructura sólida y maciza.
La orden y la constancia representan aquí las mejores señas de identificación
de una civilización que eligió la piedra como símbolo de resistencia y dureza.
Un proceso de abstracción con la utilización de un material natural pero a su
vez con superficies y ángulos rectos de su elaboración.
Otro fenómeno característico de la arquitectura egipcia es
su organización axial, pero siempre conclusa y eterna. Las decoraciones y
detalles no amenazan la integridad de la forma general, más bien acentúan la composición
y dan a cada edificio un sabor propio.
Paisaje y asentamiento
El paisaje egipcio
hace referencia a los elementos básicos de los que se basa su
arquitectura, un país con una geografía simple y regular: un oasis longitudinal
a ambos lados del valle del Nilo. Su clima seco, donde el río marca
primeramente una dirección de sur a norte que junto con el sol, sale de este a
oeste, marca la segunda dirección espacial. Donde el río actúa como eje
longitudinal y las pirámides como montañas artificiales, la arquitectura se
utiliza para dar al hombre egipcio su sentido de identidad existencial y de
seguridad. El entorno físico es organizado axialmente y estructurado
ortogonalmente siempre dispuesto a lo largo del gran valle longitudinal del
Nilo.
El edificio
Las obras edilicias más importantes eran las tumbas y los
templos funerarios, es decir, las moradas de la eternidad para demostrar la
continuidad de la vida después de la muerte. La axialidad es representada nada
más llegar al ingreso con una entrada monumental con una alta puerta y con la
representación del sol en esta misma. Los templos en general estaban orientados
al este, donde el sol naciente se veía desde el interior y la puerta
representaba la entrada al cielo consiguiendo así una unión entre el Dios Sol y
su representante terrenal, el faraón.
La planta del edifico básicamente era compuesta de un patio
con columnas, una sala hipóstila y un santuario siempre con una organización
axial. En templos más vastos suele haber dos patios, dos o más salas pero donde
el contraste siempre es presente: el patio se abre al firmamento, al sol y las salas cubiertas con techos decorados
con estrellas pintadas. A medida que se penetra en el templo los espacios se
hacen más restrictivos, más pequeños, el piso se eleva y el techo desciende
hasta llegar al santuario, una interpretación de celda egipcia.
La sala principal servía de sala de audiencias donde el príncipe del templo-palacio se presentaba pero el recorrido final era completado por pocos. Un recorrido que no conduce a un espacio monumental, sino que representa el curso de la vida, un retorno a los orígenes. La tumba egipcia, la pirámide, era precedida siempre por un templo funerario, una tumba que procedía de un proceso de abstracción y como una versión monumental de la mastaba, una tumba más sencilla y más antigua, que derivaba a su vez del túmulo de tierra, una forma aún más primitiva.
La sala principal servía de sala de audiencias donde el príncipe del templo-palacio se presentaba pero el recorrido final era completado por pocos. Un recorrido que no conduce a un espacio monumental, sino que representa el curso de la vida, un retorno a los orígenes. La tumba egipcia, la pirámide, era precedida siempre por un templo funerario, una tumba que procedía de un proceso de abstracción y como una versión monumental de la mastaba, una tumba más sencilla y más antigua, que derivaba a su vez del túmulo de tierra, una forma aún más primitiva.
Podemos concluir que los edificios egipcios representan una
síntesis de cuatro claras ideas: el recorrido o eje, el orden ortogonal, la
masa megalítica y el oasis cerrado.
Articulación
La articulación más notable de la arquitectura egipcia se
halla en la amplia variedad de columnas, casi siempre con una simbología y una
inspiración de formas de plantas, y podemos encontrar columnas lotiformes,
papiriformes y palmiformes. Como si se tratasen de plantas sagradas que surgían
del suelo con la función de dar protección y sustento a la tierra y a sus
pobladores, estos emblemas de fertilidad y símbolos de la tierra tenían
lógicamente su función, estructural. Con el carácter de una simbología de un
elemento temporal, que varia con el tiempo pero a su vez con la identificación real
de solidez, masa y grandiosidad. Además de las interpretaciones que se puedan
hacer, las columnas contribuyen a hacer
visible el espacio ortogonal.