AISLANTES. Introducción

AISLANTES. Introducción
La base de muchos de los principios de la arquitectura se encuentran reflejados en la propia naturaleza. Solo debemos observar atentamente para darnos cuenta de cómo actúan las diferentes partes de un edificio para comprender que somos meros imitadores. Los mamíferos terrestres tienen una capa de pelo cuya función principal es la de mantener una capa de aire que aísle el cuerpo contra la pérdida de calor; sin embargo, los mamíferos acuáticos mantienen el calor del cuerpo gracias a una capa de grasa que está situada debajo de la piel, lo cual les confiere un diseño más hidrodinámico y les convierte en nadadores más eficientes. En los cetáceos, la capa de grasa está justo debajo de la dermis y puede alcanzar un grosor de unos 50 centímetros. Debajo de la capa aislante de grasa está el músculo, aunque entre ellos hay diferentes tipos de tejido conectivo. Lo mismo ocurre con el aislante, podemos diferir en su tipo, posición y tamaño, pero la cuestión principal es la reducción de la pérdida de calor. A esta propiedad le añadimos otra, como aislante acústico.

Según la RAE, el aislamiento se define como: “aquella acción de impedir el paso o la transmisión de la electricidad, el calor, el sonido, la humedad, etc.” A esto podíamos añadir sus efectos, la posibilidad de habitabilidad, confort según unas condiciones de humedad, temperatura y velocidad del viento adecuadas, sin ser molestas. Por ello podemos clasificar el aislamiento en térmico, acústico o térmico-acústico según atañe a una u otra función.

Por aislamiento térmico se entienden todos los sistemas y operaciones llevadas a cabo para reducir el flujo térmico intercambiado entre dos entornos a temperaturas diferentes, ya sea interior-interior o exterior-interior. Existen unas razones principales y fundamentales por las que debemos preocuparnos en obtener un buen aislamiento térmico:
  1. Reducción de consumo de energía al reducir las pérdidas térmicas.
  2. Mejorar el confort térmico, al reducir la diferencia de temperatura de las superficies interiores de las paredes y ambiente interior.
  3. Suprimir los fenómenos de condensación y con ello evitar humedades en los cerramientos.
  4. Mejorar el entorno medioambiental, al reducir la emisión de gases contaminantes asociada a la generación de energía y quema de combustibles para aumentar el confort térmico dentro de los hogares.
Como aislamiento acústico serà el producto que reduce a niveles adecuados y no molestos para la salud la emisión de sonidos. La combinación de ambas propiedades, térmicas y acústicas, obtendremos los denominados aislantes térmicos-acústicos. 

Para llevara a cabo la elección de los materiales aislantes se debe tener en cuenta:
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  1. Temperatura predominante del lugar donde esté ubicada la casa. 
  2. Niveles máximos de emisión y transmisión de sonidos en cada espacio.
  3. Orientación de la construcción.
  4. Costo; que se relaciona con la durabilidad y la eficacia.
  5. Tamaño de la edificación.
  6. Facilidad de instalación; por ejemplo, algunos materiales no pueden ser dispuestos debido a problemas de accesibilidad o de toxicidad.
  7. Durabilidad; resistencia a la compresión, la humedad, la degradación.
  8. Los equipos de acondicionamiento que se utilicen como refrigeración, calefacción y humidificación.
  9. Las necesidades térmicas en el interior de la vivienda.
  10. El tipo de espacio que se precisa para aislar y en que está en contacto: habitable o no.
  11. La posición del aislante en el cerramiento o partición interior.
  12. Impacto ambiental y sostenibilidad.
  13. Modo de comercialización. 
  14. La orientación de la superficie y la dirección de flujo de calor y la disposición de la barrera de vapor (siempre en la cara más caliente del cerramiento). 
  15. Inconvenientes y efectos perjudiciales característicos de cada material.
  16. Además de las citadas anteriormente, existen otras propiedades no menos importantes y que también deben ser tenidas en cuenta como: tolerancias dimensionales, estabilidad dimensional, deformación bajo condiciones específicas de carga a compresión y temperatura, resistencia a flexión, tensión de compresión, fluencia a compresión, absorción de agua, resistencia a la congelación, clasificación de reacción al fuego y resistencia a la difusión del vapor de agua.
  17. Por último, la variable más relevante a la hora de comparar aislantes: la conductividad térmica, esto es, la capacidad de los materiales para conducir calor y frío.

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