Palacio de Cristal de la Gran Exposición mundial 1851 en Londres | Joseph Paxton | The Crystal Palace
El Palacio de Cristal de Joseph Paxton (The Crystal Palace) para la primera
exposición mundial celebrada en 1951 en Londres fue decisivo para comprender la
historia de la arquitectura moderna, que gracias a su talento inventivo este jardinero desarrolló una estructura ligera a partir de las precedentes experimentaciones
en invernaderos. Tras celebrarse el concurso para construir el edificio de la Exposición
de 1851 en Londres y no haber ningún proyecto ganador, el propio Paxton quien no había
participado previamente al concurso presenta una solución novedosa para la época
con una solución maestra de la estandarización y donde las columnas y vigas de
hierro y los paneles de vidrio tenían dimensiones coordinadas. Todo ello
elaborado en solo 6 meses, tres meses para la fabricación de los elementos y
otros tres para su montaje.
La estructura de gran liviandad y esbeltez provocaba un
espacio catalogado por muchos como "luminoso, más elevado que las más nobles
catedrales" y donde la vista era casi ilimitada. Un edificio de 560 metros de
largo por 137 de ancho y que se culminaba con un transepto abovedado para
permitir la conservación de unos olmos existentes en el terreno. Una nueva manifestación de un nuevo tipo de arquitectura que
logró todo un éxito de la mano del progreso industrial.
Tras la exposición, el edificio fue trasladado desde Hyde Park a Sydenham, al sureste de Londres, en otoño de 1852 donde permaneció hasta que un incendio acaecido en 1936 lo arrasó por completo. Únicamente las dos torres aisladas del cuerpo principal del edificio sobrevivieron al fuego, pero fueron derribadas en 1941 ya que se consideraron un punto de referencia peligroso para los bombarderos alemanes. Aunque en un primer momento el director del edificio sir Henry Buckland mencionó una explosión de gas, las causas del siniestro nunca pudieron esclarecerse. La gigantesca sala de exposición de hierro y cristal fue una de las obras más emblemáticas del siglo XIX, precursora del estilo que se impuso para las grandes exposiciones internacionales.