Teoría de la ciudad. Modelo urbano disperso

Teoría de la ciudad. Modelo urbano disperso

El modelo urbano disperso consta de fragmentos articulados en el territorio donde el espacio tradicional alcanza su máxima desagregación. Es un modelo consolidado en América y se basa en una des-complejización dispersa o una descomposición del concepto de espacio colectivo. Es un modelo de tendencia actual y se contrapone con la época del ensanche donde se produce un desarrollo continuo. Ahora el fenómeno cambia y adquiere una dispersión, una desagregación donde se produce la ruptura de la continuidad espacial previa.
  1. Sistema infraestructural: este modelo programa las infraestructuras con el objetivo de favorecer las accesibilidades territoriales. No se trata de infraestructuras pensadas para construir la ciudad sino para impulsar las relaciones económicas. Antes definían calles como sucedía en el Ensanche pero ahora impulsan la materialización de fragmentos autónomos y definen accesos. 
  2. Proceso de Producción de suelo: se elabora una puesta en valor de estrategias territoriales concretas y no específicamente urbanas. Se trata de poner en valor un territorio y la ciudad es menos ciudad y más territorio. Existe una voluntad especifica para proyectar grandes espacios urbanizables ya que todo es susceptible de urbanizar. La llegada de infraestructuras condiciona tanto el territorio urbanizable como la planificación territorial. El suelo abandona su carácter urbano y cambia según la estrategia y los direccionamientos del capital. 
  3. Planeamiento: la estrategia territorial adquiere cada vez más importancia y es condicionada por otras causas extrapolares al urbanismo en el sentido más concreto. 
  4. Centralidad: existen dos tipos de centralidad. Una, vinculada al ocio-consumo que expresa las nuevas formas de vida, muchas de ellas importadas, y otra que consolida los espacios tradicionales convirtiéndolos cada vez más en lugares exclusivos. La dispersión de las viviendas arrastra las actividades económicas. La centralidad de ciertas zonas produce a su vez una periferia, un desierto que se asume como lugares de residencia. Este modelo se enfrenta a las teorías de Lefebvre donde la ciudad debe brindar un derecho de centralidad por parte de todos los ciudadanos y no por unos pocos. Además se identifica la ciudad como producto de la necesidad de vivir agrupados y donde la ciudad debe ser una asamblea de ciudadanos. 
  5. Centro histórico: la ciudad histórica tradicional emerge como una realidad urbanística cada vez más alejada, más distante del campo territorial que resulta de la dispersión. El centro no solo es el entramado medieval sino también el ensanche que era considerado lejano en el modelo desagregado. El ensanche fue proyectado como una zona residencial que actualmente se convierte en terciario. La centralidad afecta a partes concretas y en la cual se produce una expulsión de las gentes con menos recursos que allí residían. Es mucho más caro vivir en la centralidad pero no solo en la ciudad histórica tradicional, sino también en las zonas centrales que componen la ciudad actual.