Las cajas de huevos, aparentemente parecen muy efectivas como aislante acústico, únicamente su utilidad se limita para guardar huevos. Cuando una onda sonora incide sobre una partición, un muro,…etc., esto es, un elemento divisorio, sea cual sea el material, se produce una onda reflejada y una onda transmitida, ambas de menor amplitud de onda. Para controlar estas ondas se elaboran estudios sobre acondicionamiento y aislamiento acústico. Estos dos conceptos no son lo mismo: aislamiento acústico se referirá a evitar la transmisión de sonido o al menos atenuar los que pueden ser transmitidos de un espacio a otro. Para efectuar un buen aislamiento habremos de tener en cuenta las propiedades físicas del sonido a atenuar y con ello podremos dimensionar y elegir los materiales que formen parte de ese muro o partición.
Por otro lado encontraremos el acondicionamiento acústico, que se basa en conseguir que una sala con demasiada reverberación, por la cual se superponen las ondas sonoras reflejadas debido a que los materiales que componen las superficies son altamente reflectantes. Por ello habrá de tenerse en cuenta el tipo de actividad que se vaya a desarrollar dentro de ese espacio (por ejemplo una sala de grabación necesita eliminar las perjudiciales reverberaciones), y así adoptaremos unas formas y revestimientos acordes a lo requerido. Otro factor importante en el acondicionamiento acústico, además del material, sería su geometría, el tiempo de reverberación, etc.
Después de esta introducción llegamos al aspecto principal para entender este material, las cajas de huevos actúan como espumas o absorbentes sonoros, con una terminación superficial en forma de cuñas capaces de absorber las ondas sonoras sin reflejarlas. Lo que se consigue es aumentar la superficie efectiva y por tanto su capacidad de absorción. El espesor del material y su disposición dentro del recinto dependerá de parámetros físicos del sonido y del lugar a tratar.
En fin, para aislar acústicamente necesitamos oponer masa a la onda acústica como podía ser un muro de hormigón o de acero, cuyo aislamiento acústico sería excepcional pero su acondicionamiento como ya hemos comprendido sería nefasto. Lógicamente una caja de huevos apenas pesa por tanto no es un aislante acústico, pero según varios estudios realizados podrían dar algún leve resultado como elemento acondicionador acústico. No es un material de uso frecuente más bien no suele utilizarse ni conviene ya que existen otros muchos más eficaces. Lo que es verdad que en plan casero se puede crear un mini estudio de grabación con la disposición de este material provocando una mejoría en el tiempo de reverberación y haciendo posible un mejor entendimiento del sonido en ese espacio, evitando los ecos.
Elaboración. A partir de la celulosa moldeada, se obtiene el cartón con el que se fabrican las cajas de huevos.
Inconvenientes. Para resultados importantes y espacios profesionales no es eficaz. Si se deja visto, su apariencia estética no es buena. No es un aislante térmico ni acústico.
Aplicaciones. Se utiliza de forma casera para mejorar el acondicionamiento de un espacio, ya sea en salas de grupos amateurs de música evitando así la producción de ecos.
Presentación. Cajas de huevos
Colocación. Se disponen por los paramentos verticales y el techo sin espacios intermedios vacíos. Si es posible se fijara con elementos que eviten los puentes acústicos como cintas adhesivas o materiales plásticos. Su forma de colocación y su disposición influirán en el resultado final.