El Urbanismo y sus pretensiones

El Urbanismo y sus pretensiones

El urbanismo tiene unas pretensiones inútiles que en la práctica nunca, en su totalidad, han podido desarrollarse. Esas pretensiones se desvían de su esencia y finalizan en actividades buenas para la rentabilidad y el negocio inmobiliario. Uno de los problemas radica en las diferentes funciones de que es compuesto el urbanismo. Podríamos abrir un marco por el cual la disciplina urbanística fuera englobada dentro de un ámbito burocrático: elaboración de leyes, tramitación, gestión.... Un apartado tecnocrático: por el cual existen los técnicos y el desarrollo de su labor y finalmente un urbanismo carismático asociado a la nueva creatividad e imaginación. 

La contribución social desborda los límites de la realidad y la transforma a una realidad mucho más compleja y enriquecedora. En cambio los intereses desarrollados por el negocio inmobiliario pretenden y logran una simplificación del entorno urbano y con ello, su control y direccionamiento. 

Podemos evidenciar que en los inicios de la urbanística reinaba un interés hacia la extensión de la ciudad y también hacia la ciudad extraordinaria, esto es, aquella que albergaba una colección de construcciones singulares en el ambiente en la cual se producía un proceso de renovación. Poco a poco, la ciudad ordinaria, esa ciudad que ha estado en un segundo término hasta hace poco, ha ido ganando adeptos y siendo de interés. Es por ello por lo que se encuentra un urbanismo más caótico y a la vez, más puro. Cuanto más nos adentramos en esta ciudad se ira destruyendo esas particularidades que la definían y la ciudad compacta y heterogénea, en su sentido más amplio, pasa a una homogeneidad, produciéndose un proceso difícil de invertir. 

El Urbanismo y sus pretensiones

El Ensanche es un ejemplo de planificación de zonas rurales que se agregaban a las ciudades conllevando un sistema de destrucción de espacios que muchas veces no requería la propia población sino que son producto de la especulación y el modelo de beneficios que se asienta en la ciudad. Este modelo económico provoca zonas marginales, zonas periféricas al Ensanche donde se asientan las personas con menos recursos privándolas de dotaciones culturales, deportivas, recreativas....conllevando que estas gentes tengan que desplazarse hasta el centro de la ciudad para poder disfrutar de estos equipamientos. Los Ensanches son agentes de cambio del entorno urbano pero también dinamizadores de la segregación social. La periferia fortalece la función de centralidad de la ciudad histórica que en la ciudad actual ha dejado de ser la única centralidad urbana definida como tal para dar lugar a múltiples zonas en las cuales, a pesar de la gran cantidad que albergan los espacios urbanos, provocan zonas excluyentes como los barrios más alejados de las ciudades. Esta marginalidad social no es tan visible actualmente como lo era en épocas pasadas debido a la complejidad que ha adquirido la ciudad que hoy se construye.