Monasterio de Santa María de Sandoval en Villaverde de Sandoval | Mansilla Mayor | Monasterio Cisterciense
El monasterio cisterciense del siglo XII de Santa María de Sandoval en Villaverde de Sandoval, se levantó sobre los terrenos donados en 1142 por Alfonso VII al conde Pedro Ponce de Minerva, quien en 1167 los otorgó a los monjes Bernardos procedentes del monasterio de La Espina Valladolid para que fundaran un monasterio cisterciense. En el siglo XV el monasterio fue ampliado y un gran incendio producido a finales del siglo XVI obligó a una gran reconstrucción tras la que se levantó el claustro ya en el neoclasicismo del XVII. El Monasterio estuvo habitado hasta 1835, cuando se vio afectado por la desamortización de Mendizabal, quedando abandonado. Durante el siglo XX sufrió un deterioro extremo y gran parte de su patrimonio fue robado, sustraído o vendido.
El conjunto se estructura a la manera del Císter, con un gran claustro central en uno de cuyos lados se ubica la iglesia de tres naves y en el opuesto el refectorio, calefactorio y cocina. En el lado perpendicular a la cabecera de la iglesia, la sala capitular y la sala de trabajo de los monjes con dormitorios en la planta superior así como la zona de celdas monacales de la que sólo se conserva la sala abacial. En el lado opuesto a éste se encuentra el edificio destinado a los conversos, que incluía bodega, refectorio y dormitorios, y junto a él, la panera, con su patio y cobertizos.
La zona mejor conservada es la iglesia. Tiene planta de cruz latina y se estructura en tres naves, crucero y tra-ábsides semicirculares. Las naves de la iglesia se dividen en tres tramos delimitados por arcos ligeramente apuntados, que descansan en columnas adosadas a pilares cruciformes. La cabecera se compone de tres capillas de planta semicircular, divididas interiormente con haces de columnillas ligadas con los refuerzos exteriores de las mismas.
El claustro es neoclásico del siglo XVII, de impresionante sencillez arquitectónica, distribuye siete arcos en cada lienzo, entre pilastras toscanas con basamento y pretiles, y cubiertas las naves con bóvedas de lunetos; encima, otro cuerpo semejante, pero cerrados sus huecos, dejando ventanas y claraboyas.
