El motor eléctrico es posiblemente el dispositivo de potencia más utilizado en la industria; por este motivo muchos de los automatismos industriales están destinados al arranque y control de motores. Los motores de corriente continua (C.C.) se utilizaban a nivel industrial cuando se necesitaba regular la velocidad, pero en la actualidad se utilizan poco, sobre todo desde la aparición de los variadores de velocidad para motores de corriente alterna (C.A.). Por lo tanto, nos referiremos al arranque y regulación de motores de C.A., tanto monofásicos como trifásicos.
En el instante de conectar un motor a la red, la corriente absorbida alcanza valores de 5 a 8 veces el nominal (funcionamiento normal), debido a que tiene que realizar una fuerza en el arranque (un par motor) superior al funcionamiento normal. Las intensidades elevadas de arranque producen variaciones de tensión y calentamiento en las líneas (red) con el consiguiente perjuicio para los usuarios más próximos. Para evitar estos inconvenientes el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT ITC-BT-047) dicta las normas de utilización de motores, señalando las corrientes máximas permisibles en función de la potencia del motor. En general, los motores de potencia superior a 0,75 KW (1CV=736W) deben estar provistos de algún mecanismo para conseguir reducir la intensidad en el momento del arranque. A continuación veremos los diferentes métodos para reducir la intensidad en el arranque de un motor trifásico:
- Arranque estrella-triángulo (Y-∆) >>> no disponible
- Arranque por resistencias estatóricas >>> no disponible
- Arranque por autotransformador >>> no disponible
- Arranque por resistencias rotóricas >>> no disponible
- Arranque progresivo electrónico >>> no disponible