La electricidad es una de las pocas energías que no es posible de almacenar a gran escala, es por ello que los operadores de red deben de garantizar el equilibrio entre la oferta y la demanda. Si se produce un desequilibrio entre oferta y demanda, se pueden provocar fenómenos negativos para el consumidor. Una solución serían las redes inteligentes o Smart Grid, esto es, una forma de gestión eficiente de la electricidad que utiliza la tecnología para optimizar la producción y la distribución de electricidad, con el fin de equilibrar mejor la oferta y la demanda entre productores y consumidores. Además de ello, las interconexiones entre países pueden repartir mejor el riesgo de apagones, al ser solidarios entre sí en la gestión del equilibrio entre la oferta y la demanda.
